NAUFRAGO
Marinero, ausente de salinas lágrimas,
se ha derrumbado tu castllo…
sólo cuidaste su fachada…
Los piratas prometían sus tesoros
y hundieron tu bravo navío
porque confiaste en palabras sin sueños.
El mar se ha tornado con sus negras aguas,
bebiendo el dulce susurro
que la sirena cantaba al amanecer.
¿Eras marinero, o pirata enmascarado?
La sirena fue secuestrada
para dejarla morir.
Sobre su lecho de flores
abrieron su pecho enguido
y vieron el corazón partido en dos.
¡Pobre marinero…!
Te han condenado a vivir sin tu navío,
en la soleldad de tus anhelos rotos
Naúfrago en una isla desierta,
donde nadie notará tu ausencia:
sin amor, sin comprensión…
Ya no te susurrarán al oído
esperanzas platónicas de un sueño dorado
que alegraba tu pena infinita.
Se derrumbó tu fortaleza.
A la sirena le cerraste los ojos
y tu navío duerme en el fondo marino…
Te has condenado a tu soledad,
naúfrago en una isla desierta,
soñando con el brillo de las estrellas
hasta el fin de tus días.