sábado, 3 de abril de 2010


¿PODEMOS VIVIR SIN BIENES MATERIALES?

Una persona materialista, es alguien que tiene una preocupación por la posesión de bienes materiales, especialmente los artículos de lujo y riqueza, y equivale a la felicidad y satisfacción. Esto es especialmente cuando el poseer dichas posesiones es motivado por razones emocionale(tales como parecer mejor, sentirse mejor)además de razones funcionales (comunicarse con otros, viajar, y así sucesivamente.
El materialismo, el afán de posesión, se ha convertido en una tendencia cada vez más arraigada a la sociedad. En una sociedad civilizada parece imposible imaginar la existencia sin dinero, medios materiales y tecnológicos que nos permiten tener una vida más fácil. Tratamos de querer ganar cada vez más dinero, queriendo alcanzar la felicidad con la capacidad de tener, no de ser. Pensándolo francamente, ahora estamos sustancialmente mejor situados que las poblaciones del pasado. Tenemos más comunicaciones, televisión, teléfono móvil, etc. Basándonos en esto, uno imagina que somos más felices que nuestros antepasados.
Según otras versiones y formas de ver la vida, este no parece ser el caso, es decir, más bien nos hemos convertido en una civilización descontenta, infeliz. Aunque en principio y basándonos en que cuanto más dinero tengo, más cosas puedo adquirir y mejor calidad de vida tengo, no siempre se cumple esta afirmación. Ya que por esta razón, las personas más ricas, no son más felices.
Si uno se observa a si mismo, puede analizar el proceso en el que por ejemplo, durante un tiempo anhela algo, y finalmente logra adquirirlo. Durante un tiempo, no muy prolongado sentirá emoción e ilusión observando el objeto conseguido, pero es algo fugaz. A los pocos días esa ilusión apasionada se desvanece. Resurge un nuevo anhelo, convirtiéndonos en meros instrumentos de nuestros propios deseos de adquirir. Cada vez que ocurre esto, se vuelve a repetir el mismo proceso: anhelo-ilusión- olvido. Si no adquiero eso que quiero, me siento frustrado, por lo que aparece la infelicidad. La adquisición de esos bienes son un puente hacia nuestras expectativas de vida, nuestra forma de vernos con autoconfianza, sentirnos valorados por los demás y que nuestra autoestima sea más elevada. Estamos alimentando nuestro ego, con formas materiales. Sin ellas, no vemos ninguna puerta a la esperanza. Se convierten en nuestros símbolos, nuestros dioses.
La Publicidad desempeña un papel trascendental en este ciclo. Nos hacen ver que sin el producto que ellos ofertan, a nuestra vida le faltará algo. Es cuando ya nos hemos sumergido en una situación de “enganche”. La misma situación que me hace salir del problema, me lo vuelve a crear.
Es posible que sumergido en numerosos problemas personales, nos evadamos inconscientemente de este materialismo cíclico. Nos hemos volcado tanto en el poseer que olvidamos otras cosas que nos entrañan importancia y que hemos dejado de lado. No nos percatamos de que nunca va a ser saciado ese afán de poseer, ya que cuando ya tengamos algo, vamos a querer después tener otra cosa.
Uno debe vivir de sí mismo, haciendo lo que quiere, no lo que quieren los demás. Debemos mirar en nuestro interior y profundizar en lo que realmente nos hace felices: un paseo por el campo, el amor, la amistad, el sentirse útil ayudando a los demás, etc.
Nadie dice que se pueda ser feliz sin nada, pero no necesitamos tantos coches, tantos aviones, tanto consumo para vivir. Es una irresponsabilidad la sucesión de muchos de nuestros actos, fruto del materialismo. Quizás la Tierra tarde o temprano nos responda con sabios acontecimientos que nos hagan recapacitar y cambiar.
Uno de los principios del Budismo dice: “El origen del sufrimiento está en el deseo y la ignorancia. Deseo de obtener cada vez más e ignorancia porque nada de lo que se obtiene es capaz de llenar nuestra sed”. En otro de sus principios habla de la destrucción del sufrimiento para llegar a la paz definitiva. Para ello la única solución es eliminar el deseo.
Vivimos en una etapa donde decir que uno cree en lo espiritual, en Dios, en un mundo inmaterial es ser centro de miradas irónicas y ser tratado como si hubieses salido de un circo. Sin embargo adorar el dinero, como si de un dios se tratara no sorprende a nadie, es más, a esa persona se la considera exitosa. Parece ser que hemos acelerado nuestro coche marcha adelante con el freno roto, rumbo a lo desconocido sin poder detenernos. Ocurrirá que nuestro coche tarde o temprano se despeñará y deberemos agarrarnos a lo primero que encontremos para no caernos.
Quizás debamos cambiar nuestras perspectivas y volvernos más humildes, para poder alcanzar esa felicidad tan buscada de una manera más fácil. Probablemente el mundo empiece a cambiar y las cosas nos vayan mejor.

viernes, 2 de abril de 2010

LLEGA LA TDT A ESPAÑA


Entre el lunes y el viernes más de 20 millones de personas de 2.186 municipios dejarán de ver la televisión analógica, el mayor 'apagón' desde que empezó la transición a la TDT. De hecho, en una sola semana se va a 'apagar' la televisión analógica de más del 43 por ciento de la población, mientras que a principios de marzo la población 'apagada' era del 32 por ciento.