viernes, 3 de febrero de 2012


CÓMO AFECTA A LOS ESPAÑOLES LA CRISIS

Desde mitades del año 2007, Europa se ha visto azotada por una crisis económica profunda y significativa. En ese año, el Presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, aparecía ante los medios de comunicación informando que en España no estaba ocurriendo nada de esa crisis, que era simplemente una leve bajada de productividad y que en poco tiempo todo volvería a la normalidad. Nada más lejos de la realidad, no sólo no se remontó sino que la caída fue consecutivamente desastrosa y a velocidades irremediables.
Durante los siguientes años continuó diciendo lo mismo, incluso anunciaba los "brotes verdes", restando importancia a los hechos y afirmando una y otra vez la solvencia de España. Durante esos años y hasta el pasado mes de diciembre de 2011, año en que ha cesado en su mandato, según decisión del pueblo español por sufragio universal, continuó una y otra vez anunciando los deseados "brotes verdes" y que el país no se encontraba en la misma situación que otros países de Europa, tales como Grecia o Italia. Mientras tanto la destrucción de empleo ha sido masiva. Los embargos y desahucios de viviendas se han sucedido continuamente y la caída del país ha sido cuesta abajo y sin freno.
Mientras en otros países europeos, la crisis va cediendo y parecen tener esos famosos "brotes verdes", España sigue cayendo en picado, de tal manera, que en enero de 2011 hay cerca de cinco millones de parados frente a 17.000.000 de población activa, que deben hacer frente a los impuestos, el pago de las tasas de desempleo y el pago de las pensiones de más de 8.000.000 de pensionistas. Algo insostenible si se prolonga por mucho tiempo más. La tasa de desempleo gira en torno al 23 %. En algunas comunidades como Andalucía, se sitúa en el 33%, es decir, de cada 3 andaluces, uno está en el paro. Por tanto la tasa de paro es la más alta de toda Europa, incluida Grecia, que a pesar de estar en la quiebra.
Los españoles viven en total desencanto hacia la clase política. Ya no confían en ellos. Han demostrado una clara falta de vocación hacia lo que realmente es el servicio público. Un político está para servir al país, para hacer todo lo posible por él, por ello recibe una compensación económica mensual, muy por encima de los salarios de otros políticos del resto de Europa. Mientras el salario mínimo en otros países de Europa, como Francia, Italia o Alemania, estaría en torno a los 1.200 euros, en España está en poco más de 600 euros. Los precios se han disparado al alza de forma notoria, por lo que el consumo ha bajado considerablemente, creando con ello, un círculo vicioso donde si no se consume, la economía cae. El miedo es tal, que nadie se atreve a gastar más de lo debido. Hoy tienes trabajo, mañana quizás no. No se puede ahorrar, la subida de la luz, el agua, la gasolina y los alimentos han roto todas las posibilidades de poder guardar unos pocos euros para final de mes y los que pueden ahorrarlos, no los gastan en cosas superfluas, lo guardan por lo que pueda pasar mañana.
Por otro lado está el descontento general hacia la utilización de los recursos y ayudas económicas. Durante años, el país recibió una gran cantidad de inmigrantes, los cuales fueron acogidos con los brazos abiertos, desempeñando a veces trabajos mal remunerados, trabajos que los españoles no querían hacer porque si había posibilidad de trabajar en mejores condiciones, los españoles se iban a aquellos trabajos más cualificados. La mitad de los desempleados de España son inmigrantes. El Gobierno ofrece la cuantía de desempleo íntegra a todos aquellos inmigrantes que deseen volver a sus países dadas las circunstancias de que ahora no hay grandes expectativas, pero aunque se han marchado algunos, todavía existe una gran mayoría que se resiste a marchar. Se ha creado un espíritu "xenófobo", por llamarlo de alguna forma, donde los españoles se sienten ciudadanos de segunda clase, ya que la mayoría de las ayudas y facilidades son para los inmigrantes o extranjeros residentes en España y no para ellos. Un inmigrante, recibe más ayudas ante una situación de desempleo, que un español.
Casi un 20 % de la población española empieza a rondar el umbral de la pobreza, algo terrible y que no ocurría desde hace más de setenta años, cuando una guerra civil asoló el país, dejándolo sumido en niveles muy bajos. Muchos españoles emigraron entonces, partiendo hacia la Europa Central o Argentina. Ahora parece anunciarse un nuevo éxodo, donde los pronósticos vaticinan una marcha en busca de nuevas ofertas laborales. El 50 % de los jóvenes menores de 30 años no tiene trabajo. Una generación que ya ha sido bautizada como "la generación perdida". Jóvenes licenciados, con másteres, doctorados, cualificados en formación profesional, etc.., que ven sus ilusiones tiradas por la borda y muchos se plantean partir. Ya lo han hecho más de 300.000. Sin embargo, los inmigrantes, la mayoría de ellos sin cualificar, prefieren quedarse y sobrevivir de las ayudas del Gobierno. Si esta marcha masiva de los jóvenes ocurre, España se convertirá en un país envejecido, donde sólo quedarán las personas con menos cualificación. ¿Qué expectativas de crecimiento económico caben?. Difícil también lo tienen los mayores de 45 años. Profesionales que han estado muchos años trabajando, con sobrada solidez y cualificación profesional, que se ven relegados al paro, despreciados por los que tienen que contratar trabajadores, que prefieren dar trabajo a los treintañeros, no teniendo en cuenta la riqueza que podría aportar este sector de la población, con sobrada experiencia y ganas de trabajar. Muchos, llevan más de dos años sin trabajar y "sueñan" con dormirse un día y no despertar.
Este es el sentimiento español. Nadie cree ya en la clase política. Una clase que se ha dedicado a despilfarrar el dinero en tiempos de bonanza, dando subvenciones a sus "amigos", a ONGs de difícil credibilidad, a las primaveras árabes, a las asociaciones de gays y a las más variadas esterotipias que nadie pueda imaginar. Y el pasado gobierno continuó haciéndolo, a pesar de la falta de liquidez, a pesar de la crisis, a pesar del descontento de los españoles, a pesar de todo...Hasta que dejó su mandato. Ahora el actual gobierno se enfrenta a una carrera a máxima velocidad, intentando frenar la sangría destructiva que le ha dejado por herencia el anterior gobierno. Los españoles todavía quieren tener un poco de esperanza y creer que ellos pueden poner las soluciones que anteriormente no hicieron. Esperan ansiosos la reforma laboral que saldrá para el 20 de febrero, como si viniese con una varita mágica a transformar la terrible pesadilla que están viviendo en algo más esperanzador.
Los españoles se sienten europeos de segunda, están desencantados, desilusionados. Se sienten traicionados por un gobierno en el que pusieron toda su fe. El sentimiento general es de total pesimismo, junto con la impotencia que se manifiesta cada día al enterarse de las destrucciones de empleo, cierre de empresas, EREs, etc. El odio hacia la clase política es generalizado, junto a los grandes empresarios, inmigrantes, clases privilegiadas... El español ya se ha hecho a la idea de que va a ser pobre, pobre por mucho tiempo y el que tiene un hogar donde cobijarse y un pedazo de pan para comer, da gracias a Dios.

jueves, 2 de febrero de 2012

Éxito del primer trasplante de antebrazo en Asturias


El HUCA era ayer un hospital feliz. Ni la prórroga presupuestaria con su consiguiente amenaza de recortes sanitarios, ni ninguna otra circunstancia preocupante lograron empañar la alegría que desde temprana hora rezumaba el Hospital Central por la realización del primer trasplante de antebrazo que se practica en Asturias. La compleja operación, que concluyó con éxito tras doce horas de quirófano y que obligó a montar un dispositivo en el que intervinieron 50 profesionales, es la cuarta de este tipo que se realiza en España. Las tres anteriores se llevaron a cabo en Valencia, en el equipo del cirujano Pedro Cavadas que saltó a la fama tras practicar uno de los pocos trasplantes de cara realizados en el mundo.
Un asturiano de 45 años, que perdió sus dos brazos durante un accidente laboral en el que se electrocutó, fue quien recibió la mano y parte del brazo izquierdo procedente de un donante. La donación llegó de otro asturiano, de 44 años, fallecido horas antes en el HUCA y cuya familia no dudó en autorizar la cesión de uno de los antebrazos y también del resto de sus órganos, destinados a otros trasplantes.
Los detalles de la histórica y complicada intervención fueron dados a conocer en una rueda de prensa que convocó de manera urgente en la mañana de ayer el propio Hospital Central y que contó con la asistencia, entre otros, del consejero de Sanidad, José María Navia-Osorio. El equipo al completo del Servicio de Cirugía Plástica del Central, principal impulsor y responsable de esta intervención, estuvo presente en el salón de actos del Hospital Covadonga, donde el cirujano Daniel Camporro fue el encargado de explicar a los medios de comunicación cómo se desarrolló la operación. Muchos de los profesionales que habían participado en el operativo estaban sin dormir, ya que la intervención se había prolongado toda la noche. Pero el sueño no importó. Había que estar en lo que algunos definieron con «un nuevo hito» del HUCA, que el pasado noviembre cumplió su primer medio siglo de vida.
Pero antes de que Camporro detallara cómo se extrajo el antebrazo al donante para implantarlo luego en el receptor, el consejero de Sanidad quiso agradecer a los profesionales sanitarios su labor. José María Navia-Osorio dijo no querer robar protagonismo a los verdaderos artífices de este éxito sanitario, pero aprovechó para lanzar un mensaje: «La sanidad no se detiene sino que avanza pase lo que pase políticamente», dijo. Tras él, el director médico del HUCA, Javier Vadillo, y el coordinador autonómico de trasplantes, Jesús Otero, prefirieron referirse «a la solidaridad de los donantes, algo que me sigue emocionando», dijo este último, y destacar que con actos como estos «podemos seguir ofreciendo una nueva vida».