jueves, 1 de septiembre de 2011

¿PUBLICO O PRIVADO?

¿Público o privado?

Ahora que estamos en crisis, se pone en tela de juicio si merece la pena o no mantener algunos servicios, considerados públicos, como la Educación o la Sanidad. Se plantea la posibilidad de privatizar todo aquello que durante muchos años ha sido de ámbito público, para poder afrontar los tiempos que nos llegan, que auguran un cambio radical en nuestro sistema económico y administrativo.
Hay quien defiende lo privado a capa y espada, como la panacea, siendo su sistema de gestión y servicio más adecuado y eficiente que el público. Se desbanca todo lo que no pertenezca al ámbito privado, incluso muchos padres mantienen que el sistema educativo privado es más eficiente que el público, convenciéndose a si mismos de que sus hijos salen más preparados e incluso que van a ser más inteligentes si van a ese tipo de colegios. Nada más lejos de la realidad. Muchos de esos colegios que consideran privados, son concertados y se mantienen a flote gracias a presupuestos y medios que vienen de lo público. Luego están los que no son concertados, que son estrictamente privados y mantenidos por las cuotas mensuales que pagan los padres, pero que no tienen nada que envidiar a los colegios públicos, en cuanto a las experiencias que yo he vivido.
En Salud ocurre lo mismo. El coste de cualquier servicio es tan elevado que no somos conscientes de que por muchos medios que se tengan en un servicio sanitario privado, tal vez no puedan ser capaces de sobreponerse a los altos costes que supone la compra de cierta maquinaria mèdica que encontramos en los servicios públicos.
Las ventajas que podemos encontrar en lo privado puedan estar en un servicio más personalizado, más individual e incluso más rápido, saltándonos las listas de espera. La atención puede ser más personal, e incluso el trato más humano.
En cuanto a los inconvenientes, nos podemos encontrar con el esfuerzo que nos supone el pago de esos servicios, muchas veces imposibles para ciertas economías. El personal no siempre es todo lo cualificado que debería ser, aunque quieran demostrarnos lo contrario. En muchas ocasiones no siempre tienen la cualificación o titulación requerida, por lo que sus servicios como personal contratado no están lo suficientemente valorados o remunerados. Sin embargo en el sistema público, tanto sanitario como educativo, el personal debe tener la titulación requerida, así como tener que haber superado unas pruebas o examenes para desempeñar el puesto que ostenta, incluso para personal eventual.
Ante todo siempre habrá opiniones de todos los colores, siempre muy respetables. Uno tiene que sopesar según sus criterios u opiniones. La mala fama que se atribuye al personal que trabaja en lo público es algo meramente especulativo y mencionado por las aptitudes de unos pocos.
Hace unos días tuve la gran experiencia de trabajar durante un tiempo en un Centro Residencial Público, donde vivían residentes con retraso mental severo y profundo. Jamás imaginé un lugar como aquel. Su diseño, comodidad y calidad eran inigualables. No creo que exista ningún lugar parecido en el ámbito privado. Fue tan buena la sensación que me llevé, que pensé que aquellas familias que poseían familiares allí, podrían estar totalmente tranquilas. Estaban maravillosamente cuidados, aseados, comidos y tratados, que era como estar en una gran familia. Comparándolo con otros lugares de ámbito privado, diría que era incomparable. Otras residencias del mismo ámbito escatiman más en personal, medios y confortabilidad.
Debemos siempre pensar que no siempre lo privado es mejor, ni tampoco lo público, sino sopesar el momento y la condición para poder elegir.