lunes, 2 de diciembre de 2013

TRIBULACIONES

Desde el punto de vista lingüístico, tribulación sería sinónimo de: pena, aflicción, congoja, angustia, adversidad, . Pero el concepto de tribulación, es propio de la escatología cristiana.  Es el período de la historia de la humanidad anunciado por Jesucristo a sus discípulos en el Monte de los Olivos. La profecía de Jesucristo aparece en el evangelio de Mateo: .porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados...”

Podríamos resumir sus características en un periodo que durará poco tiempo (unos siete años). Comenzará con una proclamación de “paz y seguridad” y después con la destrucción de “Babilonia la grande” (refiriéndose a las religiones falsas) . Habrá señales astronómicas, que para unos serán señales de salvación y para otros terror y angustia. Todo terminará con la segunda venida de Jesucristo.
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El arrebatamiento (es decir, Dios apartará a sus creyentes de la Tierra), ocurrirá en el comienzo de los siete años de la Tribulación. Es una forma de evitar sufrimiento a su gente. En la tribulación habrá tanta hambre, que el 100 por cien del salario de cada persona será para comprar comida. Habrá terremotos, hambre y persecución y solo será el comienzo de lo que posteriormente vendrá.

Daniel 9:27 da un poco de luz sobre el período de los 7 años de Tribulación. Daniel 9:27 dice, “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” La persona de quien se habla en este verso, es la misma persona a quien Jesús llama “la abominación desoladora” (Mateo 24:15) y en Apocalipsis 13 es llamada la bestia. Daniel 9:27 dice que la bestia hará un pacto por una semana (7 años), pero que a la mitad de la semana (3 ½ años dentro de la Tribulación), él romperá el pacto, poniendo fin al sacrificio y la ofrenda del grano. Apocalipsis 13 explica que la bestia colocará una imagen de él mismo en el templo y demandará que el mundo la adore. Apocalipsis 13:5 dice que esto sucederá por 42 meses, que son 3 ½ años. Puesto que Daniel 9:27 dice que esto sucederá a la mitad de la semana, y Apocalipsis 13:5 dice que la bestia hará esto por un período de 42 meses, es fácil ver que la duración total es de 84 meses o sean 7 años. Ver también Daniel 7:25 donde el “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (tiempo = 1 año; tiempos = 2 años; medio tiempo = ½ año; hacen un total de 3 años ½) también se refiere a la Gran Tribulación, la última mitad de los 7 años del período de la Tribulación cuando la “abominación desoladora” (la bestia) estará en el poder.

Para futuras referencias acerca de la Tribulación, ver Apocalipsis 11:2-3 donde se habla de 1,260 días y 42 meses, y Daniel 12:11-12 donde se habla de 1290 días y 1,335 días, todo lo cual hace referencia al punto intermedio de la Tribulación. Los días adicionales en Daniel 12 pueden incluir el lapso final para el juicio de las naciones (Mateo 25:31-46) y el tiempo para que Cristo establezca Su Reino Milenial (Apocalipsis 20:4-6).


Durante este periodo, instado por miserias y desastres, aparecerá un falso profeta y un falso redentor. Alguien que con su perspicacia se meta a la gente en el bolsillo y anuncie una nueva forma de hacer el mundo y salir de la miseria, contrayendo la paz. Una vez que este falso redentor se proclame en el poder del mundo, las cosas darán la vuelta.  Todo el que lo permita será marcado y nadie podrá comprar ni vender sin la marca. Es la marca de la “bestia”. Todo el que sea marcado, para Dios será perdido. Ya no podrá salvarse. Los que se nieguen a llevar la marca, serán perseguidos y a muchos les cortarán la cabeza. Ellos serán salvos, porque mueren creyendo en Dios.  

domingo, 1 de diciembre de 2013

“Tuvimos un arma apuntando a la cabeza”

Hernán Pérez Orsi escuchó el ruido de las hélices de un helicóptero y salió apresuradamente de la cabina. Como segundo oficial del barco, encargado de la navegación, este hombre de mar, argentino, de 40 años, se dirigió al puente de mando. Una docena y media de individuos con pasamontañas se descolgaba mediante cuerdas sobre el Arctic Sunrise con las armas en ristre. Pérez lanzó la alarma antipiratería. Acabaría siendo acusado de pirata. Los hombres armados irrumpieron en el puente con sus ametralladoras. Arrastraron por el suelo al videoperiodista freelance Kieron Bryan, británico de 29 años, que viajaba junto a los activistas para documentar la acción. Dieron la orden de parar máquinas. Así empezó la pesadilla. Y así la narra por teléfono, desde un hotel en San Petersburgo, Pérez Orsi, con el eco de los llantos de su pequeña hija Julia, de un año, resonando en la habitación. “Fui secuestrado por las fuerzas especiales rusas”, sentencia, sereno. Los llamados 30 del ártico están en libertad bajo fianza. Los 28 activistas de Greenpeace y los dos periodistas que fueron detenidos el pasado 19 de septiembre tras una acción de protesta en la plataforma petrolera Prirazlómnaya, en el mar de Pechora, entre la costa continental rusa y la isla de Nóvaya Zemliá, han sido liberados con cuentagotas, uno a uno, a lo largo de las últimas dos semanas. El último, el australiano Colin Russell, abandonó la prisión el pasado viernes. En la que es la primera entrevista que algún tripulante del barco concede a un medio de comunicación español, el marinero Hernán Pérez Orsi y la activista Camila Speziale, ambos de nacionalidad argentina, relatan la dureza de la detención y encarcelamiento que han sufrido. “Todos tuvimos un arma apuntando a la cabeza”, cuenta en alusión a la detención, también por teléfono, desde un céntrico hotel de la ciudad rusa, Speziale, de 21 años, la mujer que ha copado las portadas de los medios de comunicación argentinos. “Nadie está preparado para tener un arma apuntando a la cabeza. Esos momentos no se pueden olvidar. Fue una detención violenta e injusta”.