LA MITOLOGÍA VASCONAVARRA
Muy interesante:
Basajaun o Baxajaun, el llamado
"Yeti Vasco", es el Señor del Bosque o el
"Señor Salvaje": son unos personajes de la mitología vasca y
navarro aragonesa de prodigiosa talla y fuerza, que los primeros pobladores de
aquellas tierras encontraron habitando en los montes y bosques más remotos.1 Su
pareja femenina se llama Basandere (Señora del Bosque o
"Señora Salvaje").
Habitaban en los bosques de Gorbea (Vizcaya)
y también en Irati (Navarra)
y en la zona de Ataun,
en Guipúzcoa.
Poseían forma humana, con el cuerpo cubierto de pelo y una melena muy larga que
les llegaba hasta los pies.
Lejos de ser agresivo, era protector de
los rebaños de ovejas y éstas indicaban su presencia con una unánime sacudida
de cencerros. Cuando se acercaba una tempestad o los lobos, daba gritos y
silbidos en la montaña para prevenir a los pastores. A cambio, los Basajaun reciben
como tributo un trozo de pan que recogían mientras los pastores dormían. En los
relatos aparecen a menudo como hombres del bosque terrorífico, de fuerza
colosal, con el que era mejor no toparse.
Este ser mitológico también existe en la
mitología aragonesa de
los valles de Tena, Ansó y Broto,
donde recibe los nombres de Basajarau,Bonjarau o Bosnerau
Basajaun es un personaje similar a los
encontrados en todo el continente Euroasiático en forma de Ogros, Trolls, Yetis y demás
"hombres del Bosque" que algunos antropólogos y etnógrafos vinculan
al recuerdo de nuestra coexistencia con el hombre de neanderthal y
que ha quedado escrito en nuestra memoria colectiva en forma de mitos y
leyendas.
EL MOMOTXORRO
El Momotxorro es un personaje de origen desconocido
del carnaval de Alsasua: es mitad hombre y
mitad toro.
La costumbre desapareció en la década de 1930,
y se recuperó en 1990,
aunque esto no gustó a la gente anciana del lugar, ya que el recuerdo de esos
personajes iba unido a historias de pillaje, robo e incluso agresiones
sexuales.
Es uno de los personajes del carnaval vasco con más carga violenta y sexual:
recorre las calles con su sarde (la horca) atemorizando y “agrediendo” a quien
se encuentra a su paso, y entrando en las casas ajenas para “saquear” su
interior. Llevan cuernos y se tapan el rostro con pañuelos o con cerdas de caballo. Visten una camisa blanca manchada de sangre, y pieles de oveja. Visten pantalones
azules, calcetines blancos y abarcas. Levantan ruido
con cencerros cosidos a la piel de oveja o colgados
alrededor de la cintura. Atacan con el sarde.
La danza de estos personajes en la Plaza de los Fueros ha llegado
en la actualidad a ser una muestra de identidad del pueblo. Se celebra el martes anterior al Miércoles de ceniza al son de la Danza de los Momochorros
(Momotxorroen dantza).
El Martes de Carnaval se realiza la Puska Biltza (cuestación por las casas). Tras comer
y beber copiosamente con lo obtenido en la “puska” y caída la tarde, cientos de
momotxorros salen del frontón embistiendo
entre fieros aullidos contra todo aquello vivo o muerto que se encuentren por
delante. Tras recorrer varias calles, en un momento de la comitiva, Juantramposo, Maskaritak,
un macho cabrío y las sorginak (brujas)
se unen al cortejo. El macho cabrío, subido en un remolque, provoca a las
hembras enseñando sus atributos y todas las sorginak aúllan lascivamente, y se genera así
una escena lujuriosa y divertida que compensa estética y
dinámicamente la violenta actitud de los momotxorros. Tras recorrer las calles
del pueblo con las consabidas paradas en varias tabernas, se termina en la
plaza del pueblo, donde todos bailan al mismo son: el de la Momotxorroen dantza.2
OLENTZERO
Olentzero, Olentzaro u Olantzaro es un personaje navarro de la tradición navideña vasca. Se trata de un carbonero mitológico que
trae los regalos el día de Navidad en los hogares
del área geográfica y cultural denominada Euskal Herria, conformada por el País Vasco y Navarra(comunidad autónoma y comunidad foral respectivamente
de España) y el País Vasco francés (región histórica de Francia). Su origen está
en la zona de Lesaca (Navarra,
España).
Olentzero es un carbonero que se
representa como un hombre grueso, desharrapado, manchado de carbón, de buen
comer y borrachín. Aita Donostia lo
describe como "cabezón sin inteligencia" (buruhandia, entendimendu
gabea) o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular
característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón
vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las
montañas a los pueblos.1
La primera referencia en la historia es
con los Fueros Navarros. Según el historiador Isasti de Lezo (XVII), Onenzaro es
el nombre recibido por la víspera de Nochebuena.
SAN MARTINICO
San Martinico (en euskera: Martín Txiki o San
Martin Txiki) es un Trickster de la mitología
aragonesa y vasconavarra.
Leyenda
San Martinico consiguió robar, por medio
de tretas, los secretos de la arquitectura, música, agricultura, herrería y la
vida sedentaria de los basajarau (o Basajaun).
Este trickster probablemente lo creara la
imaginación popular como arquetipo de los sanadores celtibéricos de la zona del Moncayo (más
en concreto de los de San Martín de la Virgen de Moncayo)
que viajaban a tierras vasconas y/o pirenaicas a curar a los enfermos con
herramientas de bronce, cobre y hierro, materiales todos ellos desconocidos
para los primitivos vascones y pueblos pirenaicos afines.
Se cuenta que los basajarau tenían
montones de trigo guardados para sembrar en la época en la que la humanidad
desconocía los principios de la agricultura. San Martinico apostó con los
basajarau que era capaz de saltar por encima de los enormes montones. San
Martinico perdió la apuesta pero algunos granos de cereal quedaron dentro de
sus botas, de esa manera logró hacer llegar el cereal a los hombres.
Ya tenía el ser humano la semilla del
trigo; pero no sabían la época de la siembra. Un día se arrimó San Martinico a
la cueva de los basajarau, y escuchó una canción que salía de las
profundidades: «Si los hombres supieran esta canción, bien se aprovecharían de
ella: al brotar la hoja, siémbrese el maíz; al caer la hoja, siémbrese el
trigo; por San Lorenzo, siémbrese el nabo». Así fue cómo supo la humanidad
ciertos principios agrícolas además de la música.
En otra ocasión mandó a un niño a hablar
con los basajarau para que les dijera que ya sabía cómo se fabricaba una
sierra. Uno de los basajarau le dijo que entonces San Martinico debía de
haberse fijado en la hoja del castaño, así fue como indirectamente se enteró
San Martinico de cómo se fabricaban las herramientas para trabajar la madera.
Al enterarse el basajarau de esto bajó de
noche a casa de San Martinico y torció alternativamente los dientes de la
sierra, queriendo así inutilizarla. Sin embargo lo que hizo fue mejorarla y así
se inventó la sierra triscada.
En otra ocasión mandó San Martinico un
pregonero a los basajarau diciendo que ya sabía cómo soldar el hierro con el
acero. Entonces el basajarau le dijo ""Ah, sin duda mojó con agua
arcillosa ambas piezas", a lo que respondió el pregonero: "No lo hizo
pero así lo hará", enterándose de ese modo de la técnica de emplear como
fundente la arcilla con agua.
Con el mismo tipo de treta de pregonero
mediante se enteró de que el eje del molino debía de ser de tilo en vez de
roble, que se desgastaba muy rápidamente, así pues los hombres empezaron a
beneficiarse del uso del molino en todo el mundo.