domingo, 1 de diciembre de 2013

“Tuvimos un arma apuntando a la cabeza”

Hernán Pérez Orsi escuchó el ruido de las hélices de un helicóptero y salió apresuradamente de la cabina. Como segundo oficial del barco, encargado de la navegación, este hombre de mar, argentino, de 40 años, se dirigió al puente de mando. Una docena y media de individuos con pasamontañas se descolgaba mediante cuerdas sobre el Arctic Sunrise con las armas en ristre. Pérez lanzó la alarma antipiratería. Acabaría siendo acusado de pirata. Los hombres armados irrumpieron en el puente con sus ametralladoras. Arrastraron por el suelo al videoperiodista freelance Kieron Bryan, británico de 29 años, que viajaba junto a los activistas para documentar la acción. Dieron la orden de parar máquinas. Así empezó la pesadilla. Y así la narra por teléfono, desde un hotel en San Petersburgo, Pérez Orsi, con el eco de los llantos de su pequeña hija Julia, de un año, resonando en la habitación. “Fui secuestrado por las fuerzas especiales rusas”, sentencia, sereno. Los llamados 30 del ártico están en libertad bajo fianza. Los 28 activistas de Greenpeace y los dos periodistas que fueron detenidos el pasado 19 de septiembre tras una acción de protesta en la plataforma petrolera Prirazlómnaya, en el mar de Pechora, entre la costa continental rusa y la isla de Nóvaya Zemliá, han sido liberados con cuentagotas, uno a uno, a lo largo de las últimas dos semanas. El último, el australiano Colin Russell, abandonó la prisión el pasado viernes. En la que es la primera entrevista que algún tripulante del barco concede a un medio de comunicación español, el marinero Hernán Pérez Orsi y la activista Camila Speziale, ambos de nacionalidad argentina, relatan la dureza de la detención y encarcelamiento que han sufrido. “Todos tuvimos un arma apuntando a la cabeza”, cuenta en alusión a la detención, también por teléfono, desde un céntrico hotel de la ciudad rusa, Speziale, de 21 años, la mujer que ha copado las portadas de los medios de comunicación argentinos. “Nadie está preparado para tener un arma apuntando a la cabeza. Esos momentos no se pueden olvidar. Fue una detención violenta e injusta”.

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