EL AMOR
El amor es un sentimiento de la conciencia que está en
nosotros mismos, en nuestro interior, en nuestro corazón. Amar de forma
consciente es una de las cosas más maravillosas que le pueden suceder a un ser
humano. Cuanto más profundo sea ese nivel de conciencia, más profunda y gratificante será la vida.
La vida es una expansión de nuestra conciencia y el amor es
lo que nos da la alegría de vivir, algo que no lo suple ningún bien material.
Aunque un bien material nos pueda proporcionar alegría, es algo efímero y
temporal, el amor es prolongado.
Cuando alguien no se siente amado, se siente vacío. La vida
no tiene sentido. Es como la oscuridad de su existencia.
Quien posea este tesoro tan preciado, lo tiene todo. Posee
el secreto para la felicidad. Uno de los aspectos del amor, es el perdón.
Cuando hablamos de amor, no necesariamente puede ser de un amor en pareja, sino
del amor en general. Todos tenemos lazos afectivos con las personas que nos
rodean: amigos, vecinos, compañeros de trabajo, familiares…El perdón nos libera
del rencor, uno de los venenos de nuestro interior.
Lo primero es intentar amarnos a nosotros mismos, aceptarnos
como somos e intentar mejorar las cuestiones o cualidades que pueden mejorarse.
No somos perfectos, pero debemos armonizarnos para lograr el equilibrio
interno. Cuando nos amamos a nosotros mismos, aparecen los milagros en nuestras
vidas.
Es un hecho indudable que la humanidad está gobernada por la hipocresía disfrazada tras una sonrisa muy bien cuidada. Se promueven las guerras, el hambre, las enfermedades, el odio fraternal, la división sexista, la corrupción, las drogas, las religiones, así como todo tipo de venenos en los alimentos, los medicamentos, el aire y el agua.
Es un hecho indudable que la humanidad está gobernada por la hipocresía disfrazada tras una sonrisa muy bien cuidada. Se promueven las guerras, el hambre, las enfermedades, el odio fraternal, la división sexista, la corrupción, las drogas, las religiones, así como todo tipo de venenos en los alimentos, los medicamentos, el aire y el agua.
El amor no es mera unión vital, simpatía, filantropía,
cariño o afecto, aunque pueda tener alguna relación con éstos. El amor es en
esencia una unión con el amado despojada de toda sombra de egocentrismo. Pues
sólo superando el ego podemos ingresar al ámbito del amor. Esto significa
contemplar lo amado como un ser distinto de nosotros, como un ser autónomo y
diferente. La experiencia del amor es la de la fusión de un yo y un tú
distintos. El amor es la fuerza orientadora que conduce al otro al cumplimiento
de su vocación.
El verdadero amor dota a los hombres y a las mujeres de un
poder que puede elevarlos hasta las más altas cimas y hacia inimaginables
hazañas de sacrificio por el ser amado. Y tales hazañas de sacrificio no son
producto de una compulsión, sino un gozoso acto de ofrenda. Y sin este fuego del
sacrificio ningún amor humano puede alcanzar su verdadera pureza original.
Porque el amor no es un mero intercambio de emociones y sentimientos, sino una
ofrenda absoluta de lo que somos o de lo que podemos ser, es decir, la entrega
de todos nuestros actos volitivos, pensamientos, de todos nuestros impulsos y
sentimientos.
El verdadero amor por una persona no es el mero movimiento
hacia sus cualidades positivas, hacia su bondad, hacia su inteligencia o hacia
su belleza. Incluso podríamos admirar a una persona con dichas cualidades pero
sin amarla.
Por tanto, ¿quién no se va a prestar a tan maravillosa experiencia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario